Por lo general, los alimentos orgánicos poseen nutrientes más beneficiosos que los convencionales. Y las personas con alergia a ciertos alimentos, químicos o conservantes descubren que, al comer alimentos orgánicos, estos síntomas disminuyen, o hasta desaparecen. Estudios recientes sugieren que, al elegir este tipo de alimentación, incrementamos la ingesta de antioxidantes nutricionalmente beneficiosos para la salud que pueden prevenir enfermedades como el cáncer, problemas cardiacos y fortalecer el sistema inmune.
Asimismo, las frutas y vegetales orgánicos son más frescos y sabrosos ya que no contienen conservantes. Es un hecho: los alimentos frescos saben mejor que los convencionales.
Muchas personas eligen lo orgánico para que sus hijos crezcan sanos e inmunes a las toxinas durante su desarrollo. Los productos orgánicos contienen menos pesticidas y no son cultivados con químicos, por lo que no contienen restos de químicos perjudiciales para la salud. Los químicos como los fungicidas, herbicidas e insecticidas son utilizados con frecuencia en la agricultura convencional y permanecen restos de ellos en la comida que ingerimos.
Por último, los alimentos orgánicos no solo ayudan al ser humano, sino que también al medio ambiente. Las prácticas de cultivo orgánico reducen la contaminación, conservan el agua, disminuyen la erosión del suelo e incrementan su fertilización, y necesitan menos uso de energía. Por consiguiente, nos proporcionan un mundo más seguro y sano para las generaciones futuras como así también para las aves y animales que nos rodean.