Tuvimos que remover más de 1 metro de tierra en la planta baja del edificio para darle más altura al espacio del lobby. Además, quitamos el piso del patio interno del primer piso. Como resultado, ahora ingresa mucha más luz natural a la planta baja. Asimismo, el antiguo espacio de garaje ahora está ocupado por nuestra fuente de agua en el patio interno.
El ascensor original era muy pintoresco. Sin embargo, era diminuto y poco útil para las necesidades actuales. Alrededor de este ascensor estaba la escalera de madera original. Pero ésta sólo alcanzaba hasta el segundo piso. Se encontraba en muy mal estado. Por ello, tuvimos que remover ambas estructuras. También tuvimos que quitar la escalera de concreto que se encontraba en la parte posterior del edificio. Las reemplazamos con dos ascensores nuevos para los cuales tuvimos que crear toda su nueva estructura. Además, construimos una escalera nueva y más amplia. Esta estructura está hecha de concreto y metal.
La piscina original estaba ubicada en el techo de cuerpo posterior del edificio. Sin embargo, se podría haber considerado más como un estanque que como una piscina, si nos guiamos por lo estándares actuales. Luego de mucho esfuerzo, logramos transformar esta terraza en un hermoso deck. Cubrimos el piso con madera exótica de Lapacho. Asimismo, incrementamos la capacidad de la piscina al doble de su tamaño original. Para esta finalidad, tratamos de no ejercer demasiado peso sobre la estructura que la sostiene. Esta adaptación crea un área de poca profundidad. Por ello, este agregado es seguro para utilizarse con niños o para que los adultos se relajen.
CAMBIO ESTRUCTURAL
El frente del edificio tenía una altura original de 4 pisos. Para expandir los espacios internos, removimos el techo original de la parte anterior del edificio. Para este propósito, además, redujimos la altura del cielo raso por 1,5 metros para cumplir con los requisitos de altura que exigen las leyes locales. Esto dio lugar a las terrazas privadas de cada uno de los departamentos en Buenos Aires equipados con todos los servicios ubicados sobre el nivel del 4to piso. Partiendo de ese nivel, construimos tres pisos más. Éstos mantienen cierta distancia de la fachada original del edificio. De este modo, quedan ocultos a la vista desde la calle. Tuvimos que compensar la estructura del edificio para soportar este agregado. Para ello, cavamos unos 10 metros en la base del edificio y construimos nuevos pilares de soporte.
La mayoría de los techos de los departamentos están formados por arcos abovedados de ladrillo expuesto. En la época en la que se construyó el edificio, se consideraba que este tipo de acabado era industrial y poco estético. Por esto, estas estructuras estaban escondidas debajo de un cielo raso más bajo. Para nuestro agrado, descubrimos estas hermosas estructuras al remover los techos antiguos. Entonces decidimos dejarlos expuestos. Nuestra idea era mantener la identidad del edificio al mismo tiempo que ampliar los espacios.
Cada uno de los nuevos departamentos en Buenos Aires resultantes tuvieron ciertas limitaciones que debimos respetar. Los pisos, los pilares y las vigas existentes dictaminaron los planos de las unidades. Asimismo, reemplazamos y actualizamos los sistemas de plomería y electricidad por completo. Además, fuimos muy detallistas al momento de instalar nuevas paredes, pisos, baños, cocinas y demás servicios.
Años más tarde, incorporamos la primera huerta orgánica de altura en Recoleta.